La mente silenciosa encuentra la armonía de todas las cosas. Esa armonía siempre anhelada que se busca en vano en las imágenes sensoriales. Es la belleza perfecta, la que nunca hemos visto pero adivinamos que existe a través de los signos, las formas y los movimientos de todas las cosas. Esa belleza está ahí y la encontramos por primera vez en el silencio. El equilibrio que da sentido a todos los contrastes y las contradicciones, a todos los cambios, es el estado natural del silencio. Como si el universo en infinitos trozos separado y esparcido en todas direcciones, se reencontrara en la belleza gozosa de la Unidad. Como si aquello tan valioso que estaba perdido entre el caos incontable de múltiples realidades revelara de pronto la clave secreta de mi existencia única. Así es el silencio creador. Aprender a escucharlo es aprender a descubrir la vida como creación constante.
Consuelo Martín
El silencio creador, Ed. Mandala, Madrid, 1999, pg. 18
la belleza gozosa de la Unidad...
Por eso habría que aislarse más a menudo, del incesante sonido que desprendemos los seres humanos...¿a qué viene tanta necesidad de rodar y rodar entre las palabras y chismorreos? Aaays, cuan se agradecen las compañías silenciosas... ;-)
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