Pero es verdad que es preferible tener el espíritu ardiente, aunque se deban cometer más faltas, que ser mezquino y demasiado prudente. Es bueno amar tanto como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza, y el que mucho ama realiza grandes cosas y se siente capaz, y lo que se hace por amor está bien hecho.
Si se continúa amando sinceramente lo que es en verdad digno de amor y no se derrocha el amor en cosas insignificanntes y nulas e insípidas, se logrará, poco a poco, más luz y se llegará a ser más fuerte.
Hacer esto es de sabios, porque la vida es corta y el tiempo pasa ligero: si nos perfeccionamos en una sola cosa y la comprendemos bien, adquirimos por añadidura la comprensión y el conocimiento de muchas otras cosas.
Vincent van Gogh, Cartas a Theo
y dicen que estaba loco...
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